Visitando la exposición «Constelación gráfica» en el CCCB

El pasado 1 de Diciembre fuí a las puertas abiertas de la inauguración de la exposición «Constelación gráfica» en el CCCB, sobre el cómic radical, con nueve ilustradoras jóvenes (30-40 años) que van del «costumbrismo a la abstracción poética». Iba con pocas ganas, «no es mi palo», «¿cómo las deben haber escogido?», «todo tiene la misma pinta», «me encontraré los del mundillo de siempre»…

Uaaaaau, me encuentro el espacio de la entrada con un disc jockey, bola de disco, música potente, pantallas parpadeando, las nueve dibujantes como grandes estrellas, como si fueran Lady Gaga, mucha conversación entre artistas «¿Ahora trabajas independiente? Estoy terminando un proyecto, pruebo nuevas técnicas…» y vestimanta creativa…Y una cola larguísima.¡Estaba lleno! Evidentemente influye que era gratuito y había barra libre, pero he ido a otras presentaciones y no encuentras esta afluencia. Así que me animé: «quizás el cómic no sea un gueto de cuatro».
La exposición está claramente enfocada a la parte del cómic no canónico (lo llaman «historieta experimental») que rompe con el cómic tradicional y las reglas establecidas, y que también habla de nuevos temas que no tocaba el cómic de hace unos años (la inestabilidad de esta generación tan bien preparada y con el peor futuro de la historia, del FEMINISMO). Viva la experimentación y la apertura de horizontes. Una buena premisa, como siempre, en arte. A partir de ahí me aparecen los diálogos de si todo lo que rompe moldes es de calidad e interesante, de quienes de estas autoras se merecen soporte público. Tienen que pasar unos años para comprobar cuales de estas «propuestas radicales» actuales, cuando ya no sean radicales, pasen a ser buenas obras de arte. ¡De momento están haciendo la función de remover que ya es mucho! Es un cómic «independiente»dónde casi nadie vive de lo que crea, ni las editoriales que los (auto) editan. Eso sí, han sabido crear sus circuitos dónde encontrarse y dialogar, deseando a su vez que puedan ganarse la vida sin renunciar a su independencia. Lo que deja claro la exposición es que lo ideal es que el cómic tradicional y el radical puedan convivir y ninguno se ahogue.
Bajo esta descripción genérica que engloba a ls 9 artistas hay mucha variedad:

Roberta Vázquez, no hace personas, hace frutas en general y aborda todo sobre la precariedad y las redes.

Bárbara Alca, Su personaje emblemático es un trozo de pizza…También hace personajes animales y objetos…

Conxita Herrero es autodidacta, no tiene referentes del cómic canónico. Lo que decíamos: no le interesaba porque lo relacionaba con cosas de chicos, peleas…Tiene el cómic «Gran bola de helado» sobre pequeñas historias, le interesa lo que dicen los personajes y lo que les pasa, sin mucho contexto.

Nadia Hafid le interesan as formas geométricas y los colores planos. Y temas como las relaciones familiares, la vida en la periferia, inmigración, gestión de la frustración y la rabia. Es un estilo muy sintético, no es fácil de entrar, parecen casi jeroglíficos.

Marta Cartu hace cómic conceptual utilizando los elementos del arte contemporáneo, temas como la identidad, la autoexigencia y competitividad, los roles de género, las nuevas tecnologías…Juega con el hipertexto y la hiperconnectividad. Con el cómic ·Hola Siri» en las dobles páginas plantea las viñetas desordenadas como en una pantalla de ordenador en el que el lector/a tiene que crear el relato.

Miriampersand se centra en un mundo distópico lleno de elementos de ciencia ficción. Le interesa la filosofía, la arquitectura, el esoterismo, la psicodelia…

Génie Espinosa desarrolla ambientes en un mundo sin hombres en el cómic Hoops. Dibuja personas con cuerpos no normativos, redondeados.

Ana Galvañ, dibuja mundos extraños. Le interesa la ficción especulativa.

María Medem, entre la avanguardia y el pop. De colores muy narrativos para los ambientes y los estados emocionales de sus personajes, que se cuestionan su existencia.
Por lo tanto, visto desde lejos, y si no es tu palo, todo parece del mismo rollo y nada interesante. Pero si acercas la mirada y le dedicas tu tiempo descubres mundos nuevos y diversos. Y más aún si te acercas a un montaje tan estimulante como el del CCCB, con reproducciones gigantes de páginas de sus cómics, dinamizaciones en pantallas, instalaciones representando escenas, con vídeos dónde puedes escuchar a cada artista explicarse. Qué gusto. Sentí una endivia sana para las carreras de estas autoras y el momento dulce que viven con esta exposición. Entraré o no en los mundos que proponen, pero seguro que salí con la mente a cien y cuestionándome mi espacio creativo.
“Constelaciones” es una presentación muy potente y estimulante, con sensaciones y emociones, que puede ayudar a las personas que les cuesta el lenguaje del cómic con las reproducciones tridimensionales y audiovisuales. Pone la semilla de nuevos intereses, pone el foco en propuestas artísticas con las que cada uno del público hará su recorrido. Y esta debería ser la función de una exposición ¿no?
és una presentació molt potent, estimulant, amb sensacions i emocions, que pot ajudar a persones que els costa el llenguatge del còmic amb les reproduccions tridimensionals i audiovisuals. Posa la llavor de nous interessos, posa el focus en propostes artístiques amb les que cadascú del públic farà el seu recorregut. I aquesta hauria de ser sempre la funció d’una exposició, no?
Felicidades a Jordi Costa como director del proyecto, a la comisaria Montserrat Terrones y al museo por esta apuesta. Marché de ahí satisfecha de pertenecer a este pequeño gran mundo del cómic.