¡No tengais miedo a volar libres! Con la CIBA aún menos.
Poco podía yo pensar hace un año cuando me llamó la Pitonisa para proponerme participar en el cómic colectivo de las “Mil brujas” que el vuelo sería tan alto y largo. El pasado miércoles 16 de noviembre el centro La Ciba de Santa Coloma de Gramanet nos invitó a una charla para presentar el cómic y hablar de la mujer. Y fué todo un regalo

Itziar nos recibió, éramos Sara Porras , Montse Mazorriaga y yo. Nos enseñó el edificio. Espacios amplios, que dejan ver su historia y adaptados a las necesidades actuales. Había sido una farmacéutica, después un instituto y ahora, las aulas del primer piso se transformarán en pisos para mujeres y sus hijos que tienen que huir de maltratadores. Espacios de reuniones, de acogida, de juego, de estudio y investigación. Por ejemplo, tienen un espacio dónde las mujeres maltratadas pueden hacer la declaración policial, apoyadas por profesionales especializados en estas situaciones, y en un entorno amable. Quiere ser un entorno que proteja a las mujeres a la vez que las integra, no las aisla. Habrá un restaurante gestionado por mujeres. En fin, difícil de describir tanta iniciativa.
No podíamos empezar más empoderadas la charla que íbamos a hacer, con la energía de todos los que había allí y los mensajes que nos íbamos encontrando por las paredes y suelos: “Somos el grito de las que ya no están”, “Si hace daño no es amor” “Ella sueña en bailar en libertad”, “Somos poderosas”…¡Ah…y la dragona Violeta!

Vamos a la gran sala polivalente para hacer las presentaciones y actos e Itziar nos presenta. Vemos todas juntas el trailer de presentación del cómic , muy inspirado, la verdad. Y mientras observaba el público: dos hermanas de 10 a 15 años con su padre y madre, mujeres con un cuerpo llenos de historia, con cabellos lilas, con diademas, con caras sonrientes y vitales, una mujer llena de energía con silla de ruedas, un par de hombres solos…y vino la alcaldesa de Santa Coloma, Nuria Parlón también con el rostro iluminado.

Después de los dos minutos de presentación yo me sentía en medio de un akelarre, mágico. Y así fue. Comentamos que la bruja no es un personaje antiguo sinó actual, ahora reconocido socialmente. Bién, cada vez más, aunque las cacerías de brujas medievales también siguen existiendo aunque con otras formas… Visualizamos la pesada historia que arrastramos y que hace falta ir visualizando a todas nuestras brujas antepasadas. Tal y como recordó Itziar, uno de los lemas de reivindicación: “somos las nietas de las brujas que no pudisteis quemar”. Y recordamos que la lucha feminista no es igual en todos los sitios, que en muchos lugares del planeta es mucho más difíciil que en Cataluña.
Compartí dos reflexiones. La primera que las mujeres somos las más adecuadas para dibujar historias sobre mujeres porque tenemos la documentación más directa sobre qué es ser mujer en este mundo machista. Una señora del público después lo quiso confirmar diciendo que este cómic no tendría el mismo valor para ella si no fuésemos mujeres creadoras. La segunda reflexión: un editor de cómic, Ángel Serrano, en el apartado de dedicatorias nos agradeció el esfuerzo y dedicación altruista que hemos invertido en el cómic, “a todas las mujeres fuertes y luchadoras”. Me preguntava, delante de mis compañeras de akelarre si se puede ser de otra forma siendo mujer.


Me quedo con la fuerza que nos transmitieron todas las mujeres que participaron, contando sus luchas particulares (una de ellas contó como en el centro educativo dónde trabajaba había unos derechos laborales para las mujeres muy precarios y que se tuvo que plantar, igual como ahora sigue luchando con la familia empoderando a sus hijas…) Se compraron el cómic y se los dedicamos.

Y sobretodo me quedo con la intervención de Carme Arana , en silla de ruedas. Nos felicitó por el cómic, que ya tenía entre sus manos, y nos preguntó si en las 100 páginas del libro salía alguna bruja con discapacidad. ¡Gracias Carme por no dejar de luchar! Si la lucha es colectiva lo tiene que ser de verdad y tiene que incluir a todo el mundo. En su dedicatoria dibujé la priemra bruja volando en silla de ruedas, y no será la última.
Me encanta ir incluyendo a brujas nuevas en mis dibujos. Volví a casa en bici, pero volando, como ET al final de la película. Feliz de sentirme parte de un colecivo con una historia tan potente (que también reivindicamos la necesidad que se dé a conocer) y con tanta fuerza como el de las mujeres.
¡A seguir volando!