Salón del cómic de Granada: el buen perfume se vende en frasco pequeño.
Compañeros del cómic me han recomendado, a veces, que es mejor ir a Salones de cómic más pequeños, no tan conocidos como Angouleme (por ejemplo el de Lyon o Names) dónde encuentras representantes del cómic igualmente (editores, librerías, dibujantes…) pero no hay la masificación asfixiante. Y me acordé de ello cuando fuí al 27º Salón del Cómic de Granada los pasados días 15-16 de octubre.
Allí fuí siguiendo con la promoción de mi libro “Un poco de humanidad” y el cómic colectivo “1000 brujas” .
Es un Salón muy pequeño, una veintena de casetas máximo y un pequeño recinto para las pocas charlas que hubo. Sin embargo estuvo lleno de gente, en muchos momentos, muy variada y curiosa. Y los profesionales asistentes se relacionaban muy estrechamente. Fué todo un viaje físico (crucé toda la península), emocional y profesional. Desde las expectativas de una experiencia nueva y bastante alejada de Barcelona, hasta el (re)encuentro con la gente del cómic. Y claro está, el contacto con el público. Son experiencias muy intensas y condensadas. No sabría como resumir tanta cosa. Lo mejor que se me ocurre es que mireis el 6º Vidas de cómic que he dedicado a este viaje personal y profesional.
Haciendo un listado empezaría por Teresa Valero, Jaume Vaquer , Ricardo Esteban, Víctor L. Pinel, Javier Marquina, Maria Mateos propietaria de Comic Stores, Eve Mae y Olga Carmona, Desirée Bressend, TBO , Vázquez, Ibáñez, Alhambra, Carmen de los mártires, “Inmersión”, “Contrapaso”, “Brujeando”, Green Silver Moon,…

Con Teresa Valero

Con Jaume Vaquer

Con Ricardo Esteban

Con Víctor L. Pinel

De izquierda a derecha: Carlota Petit, María Mateos, Olga Carmona, Eve Mae
Ahora que han pasado unas cuantas semanas, que el cansancio ha pasado y la sobreestimulación ha parado (bueno, ahora tengo otras…), puedo verme con más calma allá en medio, y me sorprendo de la energía que hace falta para ser creadora. Y es que si no defiendes tu misma tu pasión no llegarás al público que deseas. Hace unos meses que tengo la imagen de estar sembrando. Visualizarme así me relaja, da sentido a la vorágine que de vez en cuando me aclapara, entre redes sociales, eventos públicos, llamar a puertas y más puertas, crear… Porque sé que sembrando seguro que iré recogiendo los frutos, algunos de inesperados, pero seguro que todos buenos.
Recordar vivencias tan potentes como la de Granada me hacen ser consciente del camino que estoy haciendo. Hace unos años no me hubiera imaginado estar haciéndolo como autora. Y seguiré avanzando. Con energía y curiosidad.
